Las Áreas Verdes y su Relación con la Salud Mental

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pareja disfrutando en un jardín

La salud debe ser la máxima prioridad de los urbanistas.

Hoy en día se ha vuelto imprescindible contar con áreas provistas de vegetación saludable que garanticen la sustentabilidad en las zonas urbanas, rebasando con ello el concepto de que la vegetación urbana cumple sólo con funciones de ornato y estética.

Las enfermedades mentales se han convertido en los últimos años en una problemática social, dado que supone un amplio porcentaje del total de enfermedades crónicas. Sus posibles consecuencias, tanto en el ámbito del individuo como de la propia sociedad, hacen que la salud mental sea uno de los principales focos de interés en las estrategias de prevención y promoción de la salud. (Merayo Rodríguez J, Serrano Fuentes N, Marqués Sánchez P. 2016).

Cuando una ciudad se construye bajo los principios de planificación y reglamentos municipales estas se convierten en comunidades que promueven la salud y el bienestar, y esta es una responsabilidad del Estado.

La Dra. María Neira, directora del Departamento de Salud Pública, Medio Ambiente y Determinantes Sociales de la Organización Mundial de la Salud OMS, menciona que actualmente varias ciudades albergan la mitad de la población mundial, siendo una cantidad que puede aumentar hasta dos tercios para el año 2050, por lo que cada árbol y cada metro cuadrado de césped que se plantan en las zonas urbanas representa un desafío para su mantenimiento y cuidado, pero también invaluables beneficios de tipo:

  • SOCIAL
  • ECONÓMICO
  • AMBIENTAL

En la actualidad nos encontramos con un fenómeno de migración de las áreas rurales a los grandes centros de población, debido a que se busca estar más cerca de los servicios públicos municipales, empleo, educación, actividades culturales, de interacción social entre otros.

Cuando las personas migran a áreas urbanas en busca de una mejor calidad de vida, es crucial que estas ciudades se esfuercen por mantener un medio ambiente sano. La planificación urbana sostenible, la gestión adecuada de los residuos, la promoción de la movilidad sostenible y la conservación de áreas verdes son medidas esenciales para garantizar que el crecimiento de las ciudades no tenga un impacto negativo en la salud de sus habitantes y en la sostenibilidad a largo plazo.

Sin embargo, es importante destacar que el desarrollo y el bienestar de las personas no pueden lograrse plenamente si no se considera la importancia de un medio ambiente sano. El entorno en el que vivimos tiene un impacto directo en nuestra salud física y mental, así como en nuestra calidad de vida en general. Aquí es donde entra en juego la necesidad de preservar y proteger el medio ambiente.

persona meditando en área verde

Toda persona tiene derecho a un medio ambiente sano para su desarrollo y bienestar. “El Estado garantizará el respeto a este derecho. El daño y deterioro ambiental generará responsabilidad para quien lo provoque en términos de lo dispuesto por la Ley” (Articulo 4, CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS)

Un medio ambiente limpio y saludable proporciona aire limpio para respirar, agua potable segura para beber, alimentos libres de contaminantes y espacios naturales para el esparcimiento y la recreación. Además, un entorno natural bien conservado contribuye a la estabilidad del clima y al equilibrio de los ecosistemas, lo que a su vez influye en la disponibilidad de recursos naturales esenciales para nuestra supervivencia, como alimentos y agua.

hombre descansando en jardín

La migración hacia áreas urbanas en busca de oportunidades y servicios es comprensible, pero es igualmente importante reconocer que el desarrollo y el bienestar humano están intrínsecamente ligados a la preservación de un medio ambiente sano. Solo cuidando nuestro entorno natural podemos garantizar un futuro próspero y saludable para las generaciones presentes y futuras.

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